¿Te pica la piel? ¿Sientes que te escuece o se enrojece cuando te expones a cambios de temperatura, al sol o utilizas determinados productos de cosmética? Es probable que lo que te esté sucediendo es que tengas la piel sensible. Independientemente de que sea seca o grasa, esta es una condición mucho más frecuente de lo que piensas. Pero ¿cómo debe ser el cuidado de la piel sensible? Esto es lo que te vamos a contar hoy.
¿Qué es bueno para la piel sensible?
El cuidado de la piel sensible debe basarse en utilizar productos que sean muy poco agresivos con tu piel y que, además, la hidraten y protejan en profundidad. Para ello, es adecuado que elijas aquellos productos que estén destinados para tu tipo de piel, que la calmen y que no contengan ingredientes que provoquen que reaccione con picores, rojeces y escozor. Todo esto puede resultar muy desagradable y tiene solución.
¿Qué causas generan la piel sensible?
Hay varias causas por las que tu piel es sensible y entre ellas se encuentra que su barrera está debilitada. Esto puede deberse a que has estado utilizando productos inadecuados —por ejemplo, para piel grasa cuando la tuya es seca— o que has utilizado un exfoliante con más frecuencia de la que realmente necesitas.
No obstante, utilizar una crema o sérum cuya composición te haya producido un daño cutáneo —como es emplear el retinol por primera vez con unas concentraciones elevadas— puede hacer que el cuidado de la piel sensible sea imperativo cuanto antes. Solamente así podrás restaurarla y recuperarla, para devolverle su brillo, hidratación y vuelva a estar saludable. Para ello, debes integrar 5 cuidados esenciales.
5 ejemplos de cuidados para tu piel sensible
Si ya te has dado cuenta de que tienes la piel sensible, es el momento de que le pongas remedio. Por lo tanto, en tu rutina de belleza te recomendamos que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones para que cuides tu piel como se merece. Toma nota:
- Utiliza exfoliantes suaves: descarta los que son agresivos y pueden dañar la barrera protectora de tu piel. Además, úsalos, como máximo, dos veces al mes o incluso solo una. Hacerlo más a menudo acabará siendo perjudicial para ti.
- Elige un limpiador respetuoso con la piel sensible: hay algunos productos que limpian sin apenas producir jabón y que, incluso, son ricos en aceites. Así, conseguirás un rostro menos irritado y preparado para tratamientos posteriores.
- Hidrata tu piel a diario: tanto por la mañana como por la noche, elige un sérum y una crema para pieles sensibles que la humecten en profundidad y la calmen. La sensación de confort que esto te proporcionará será muy agradable.
- Cuidado con el agua caliente: las temperaturas extremas no son buenas para tu piel, por lo que asegúrate de que está templada o, mejor aún, fría. De esta forma, reducirás la sensibilidad en tu rostro y eliminarás el malestar.
- Utiliza una crema con SPF 50+: durante todo el año, aplícate un protector solar como último paso en tu rutina de belleza para el cuidado de la piel sensible. No importa que sea invierno, recuerda que tu piel estará expuesta a los rayos ultravioleta igualmente, aunque tú no puedas ver el sol.
¿Conocías todas estas recomendaciones para el cuidado de la piel sensible? Ten presente que el estrés también puede incrementar la sensibilidad de la piel, por lo que es importante que lo mantengas bien lejos. No obstante, la elección adecuada de los productos que utilizas es crucial, así como tener una buena rutina de belleza.